Las primeras manifestaciones de la enfermedad empiezan con una pérdida de la fuerza muscular en brazos y piernas, de manera que impiden realizar acciones del día a día, así como un empeoramiento del funcionamiento de los músculos de la boca, impidiendo la correcta respiración o la capacidad para tragar.
La enfermedad se va extendiendo por la corteza cerebral y la médula espinal, acabando con una pérdida absoluta de la movilidad, y el fallo respiratorio.
Stephen Hawking- (Fotografía: Grupo Aristeo) |
Las manifestaciones de esta condición tienden a empeorar progresivamente y de manera asimétrica, afectando irregularmente a las diferentes partes del cuerpo. Las manifestaciones más comunes y características son las siguientes:
- Problemas de deglución (disfagia) y para articular palabras (disartria).
- Dificultad para respirar con normalidad (disnea).
- Lenguaje enredado/nasal.
- Sensación de cansancio y pesadez excesiva muscular (atrofia muscular).
- Rigidez muscular o calambres.
- Contracciones musculares involuntarias.
- Parálisis.
- Pérdida de peso.
- Depresión (secundaria a la dureza de la enfermedad y al desgaste emocional que acaba provocando).
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