domingo, 29 de noviembre de 2020

Artritis idiopática juvenil - Tratamiento

Artritis idiopática juvenil - Semana
El diagnóstico de la artritis idiopática juvenil es complicado, debido a que las manifestaciones que presenta, dolor articular, están presentes en otras patologías. No existe una prueba diagnóstica que confirme el diagnóstico pero sí existen pruebas que descarten las patologías similares. 

En el momento en el que se diagnostica, se procede al tratamiento, que está orientado principalmente a que la persona afectada consiga mantener un nivel normal de actividad física y social. Existen muchas estrategias terapéuticas, pero todas tienen como objetivo aliviar el dolor y la infamación producidas, mantener el movimiento y la fuerza además de prevenir posibles complicaciones.


Tratamiento farmacológico
  • Medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE): tienen como función el alivio del dolor y la reducción de la inflamación. No modifican el curso de la enfermedad. Ejemplo: ibuprofeno o naproxeno sódico.
  • Medicamentos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (DMARD): este tipo de medicamentos pueden administrarse en combinación con los AINE, tienen como función relentizar el progreso de la artritis idiopática juvenil. Tardan una media de 8 - 12 semanas en hacer efecto. Suelen utilizarse cuando los AINE no suplen las necesidades de la persona. Ejemplo: metotrexato.
  • Medicamentos modificadores de la respuesta biológica o agentes biológicos: ayudan a reducir la inflamación sistémica, son medicamentos que se dirigen selectivamente contra moléculas que producen inflamación, y a prevenir daños en las articulaciones. Su acción no es inmediata. Ejemplo: agentes bloqueadores del factor de necrosis tumoral, como el etanercept o adalimumab.
  • Corticoesteroides: pueden ser tópicos, intraauriculares y sistémicos. Se suelen administrar para controlar las manifestaciones de la enfermedad hasta que otro medicamento resulte efectivo. Además, también se puede utilizar para reducir la inflamación localizada en zonas no articulares, como por ejemplo, en el pericarido (pericarditis).
  • Colágeno oral.
  • Terapia génica: se define como la transferencia de genes a pacientes con propósitos terapéuticos. 
Tratamiento no farmacológico
  • Fisioterapia: la persona afectada debería tratar la movilidad y fuerza articulares para poder mantener y conservar la amplitud de los movimientos y el tono muscular. Es una terapia imprescindible para poder lograr mantener una calidad adecuada de vida.
  • Cambios en el estilo de vida:
    • Hacer ejercicio de forma regular.
    • Aplicar frío o calor en las zonas donde se presente dolor.
    • Seguir una dieta adecuada. Muchos enfermos siguen dietas de exclusión de gluten, lactosa, frutos secos, etc.
  • Terapias alternativas: homeopatía, naturopatía o acupuntura.
Tratamiento quirúrgico:
  • Cirugía, solo en casos graves.
  • Trasplante de médula ósea.

Para más información consulte: 

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